La peregrinación de Künig
El monasterio servita de Vacha, actual estado de Turingia, estaba situado a un lado del río Werra en una pequeña y tranquila villa de la que aún se conserva su antiguo puente medieval. El apellido Künig ( König) está ampliamente documentado en esta zona, por lo que es posible que fuera el lugar de nacimiento Hermann Künig. Entre los años 1479 y 1486 tenemos varias menciones a él en los propios registros del convento, primero con el cargo de recaudador de limosnas y, en el último año, como ausente.
Durante toda esta etapa en el convento prepararía a conciencia la peregrinación a Santiago. Una tarea realmente compleja por la propia dificultad que tiene un viaje de cerca de 2400 km (más otros tantos de vuelta) en una época caracterizada por la enorme dificultad de encontrar datos, sobre todo fiables. 5000 km andando, por tierras desconocidas, con distintas lenguas, monedas, leyes, peligros… desde luego una empresa arriesgada que habría que preparar minuciosamente si se quería tener éxito y, sobre todo, volver vivo. La parte económica fue resuelta posiblemente con las limosnas, recaudadas quizás ya para este fin desde su cargo de limosnero.
La mayor parte de las informaciones que pudo recoger Künig serían las orales de otros peregrinos que ya habían ido a Santiago. Esta tarea no sería excesivamente compleja ya que en las décadas finales de la Edad Media tuvo un gran auge la peregrinación a Santiago, sobre todo en tierras germanas, gracias a la existencia de una amplia población en buena situación económica. Efectivamente, esta excelente acogida que tuvo la peregrinación entre la población alemana en esta época sería una de causas que motivó a Künig para elaborar la Guía y también explicaría la enorme difusión que se hizo posteriormente con la publicación en cinco ediciones.


La innovación primera que propone Hermann Künig en el recorrido tradicional hacia Santiago de Compostela, se refiere al trayecto entre León y Ponferrada, y es la relativa al cruce de los Montes de León, que él realiza dando un suave rodeo que evita las montañas. Se trata del camino de Cerezal de Tremor, el cruce más sencillo que relaciona las cuencas hidrográficas del Miño-Sil y del Duero, y que evita la subida al duro puerto de Foncebadón. Por esto, Künig advierte al lector que “evite Rabanal” (el puerto de Foncebadón) y propone que desde el entorno de León se tome el camino de Santa Marina del Rey (Sanct Maurin), continuando por el valle del Tuerto por Cogorderos, Villamejil, Benavides y Cerezal del Tremor.
Superado el paso de los montes de León, sin pasar montañas, Kunig continuaría por La Ribera y Albares hacia Bembibre, San Román de Bembibre y de allí, por San Miguel de las Dueñas, accedería a Ponferrada.
Una vez llegado a Ponferrada Künig continua por el Camino Francés hasta la población de Herrerias de Valcarce, donde se desvía del Frances para evitar el Puerto de la Faba y continua por Pedrafita, As Nogais, Becerreá, Baralla, O Corgo, Lugo ciudad, San Román da Retorta y Melide. Este fue, de hecho, el trazado elegido por Künig en Galicia en detrimento del clásico recorrido del Camino Francés por El Cebreiro, Triacastela, Portomarín y Sarria.
De este modo, ese recorrido que siguió Künig a través de la ciudad de Lugo , se convirtió en un importante camino medieval muy usado como vía peregrinación a Santiago de Compostela durante toda la Edad Media. No seria descabellado pensar que en las manos de Künig hubiese caído alguno de los múltiples relatos de peregrinos que hablaban de este itinerario como, por ejemplo, lo de aquel anónimo cura inglés que peregrinó a Santiago en el siglo XIV, visitando el monasterio de Penamaior y la ciudad de Lugo.
No se conoce la fecha exacta en que Künig realizó la peregrinación ni cuánto tiempo le ocupó, ya que los registros del convento de Vacha no lo vuelven a mencionar desde su partida. Probablemente la comenzara en 1486 o justo en los años siguientes, que es cuando figura como ausente, y se supone que vuelve en los años anteriores a 1495, ya que esta es la fecha de la primera edición de su guía.

Curiosamente, estas fechas de la peregrinación de Künig coinciden con la expansión de la propia orden de los Siervos de María en España. Fray Antonio Alabanti, Director General de la orden, consiguió del Papa Inocencio VIII la bula Apostolicae Sedis Intuitus el 27 de mayo de 1487. Esta bula, conocida también con el nombre de Mare Magnum, fue la que permitió a la Orden intentar de nuevo establecerse en la Península Ibérica. En el Capítulo General de Bolonia deciden llevar a cabo esta empresa, para lo cual se envía a España a Frei Girolamo Fuschi con la misión de recorrer diferentes ciudades para intentar llevar a cabo fundaciones conventuales. Fuschi, fue elegido Canciller de la Orden en 1485 y Vicario General para la Península Ibérica en 1487 para este fin. Seguramente su elección para esta tarea se debió a su fama como predicador. El gran éxito de este segundo intento de establecer conventos Servitas en la Península tuvo su recompensa, ya que el monasterio femenino de Santa Ana de Morvedre (Sagunto) se adhirió a la Orden en 1489.
Su paso por la Península está constatado entre 1488 y 1493. A lo largo de estos cinco años sabemos que Fuschi estuvo predicando en Santiago de Compostela, durante la Pascua de 1488 y 1489. La última fecha conocida de Fuschi en la Península fue en 1493, cuando participó en una disputa celebrada en León con el Rabino Laban Abaton.
Esta coincidencia de las fechas del viaje de Künig, la época de expansión de la orden en la Península Ibérica y la presencia de Fuschi, no creemos que se debiera a una mera casualidad. Por el contrario, es mas que probable que hubiese un plan preconcebido de antemano. Así, es muy posible que ambos monjes hicieran la peregrinación juntos, o parte de ella, y estuvieran después en Santiago una temporada. Künig pudo haber colaborado con Fuschi en la tarea de anexión de monasterios. ¿Fue en este sentido Penamaior un objetivo de incorporación?. La ausencia de mas datos nos impiden concluir este punto de una manera definitiva pero abre una interesante vía de investigación al tiempo que nos formula una nueva pregunta: ¿les acompañó alguien mas durante el viaje?. El hecho de aparecer en la xilografía de la edición de Nuremberg una peregrina entrando por la puerta al mismo tiempo que Künig se arrodilla ante Santiago es de gran importancia, no solo por el hecho de ser la primera imagen de una peregrina medieval, sino también, porque puede indicar la presencia de otras personas como acompañantes.
Uno de los aspectos que Künig cuidó al mínimo detalle y que, en ciertas ocasiones, le sirvió para decantarse por un itinerario frente a otro, fue el asegurar establecimientos donde poder comer y dormir de una manera satisfactoria. Su situación y las impresiones que tuvo de ellos es una constante a lo largo de la guía. Los mas repetidos son los establecimientos que la orden de los Antonianos tenían a lo largo del recorrido desde Alemania a través de Suiza, Saboya, Valle del Loira, Montpellier y Tolosa. En el caso gallego también se aseguró contar con el gran establecimiento de ayuda a los peregrinos como era el monasterio de Penamaior en Becerreá.
Otro tema al que le prestó especial atención fue el de evitar las montañas. Künig siempre prefiere caminos mas fáciles, aun a costa de dar un rodeo que, por otra parte, no aumenta mucho la distancia. Las montañas en el mundo antiguo, con sus cuestas, siempre suponían un problema añadido a la propia dificultad que tenía de por sí el viaje y, como en todas las épocas, un cansancio extra. Si se viajaba con carro, era muy frecuente, que los animales de tiro no fueran capaces de subir, por lo que se necesitaba contratar tiros adicionales, con el respectivo aumento de coste. Estas zonas montañosas, que solían estar nevadas e intransitables la mayor parte del invierno, eran además inhóspitas, despobladas, sin establecimientos de hospedaje y con unos caminos mucho peores que en las otras zonas, que ya de por sí eran muy malos. Pero a todos esos inconvenientes se le añadía quizás el peor, o por lo menos el que mas respeto causaba: eran las zonas donde estaban los asaltadores y delincuente que robaban a los viajeros y, también, a los peregrinos. Obviamente, ante todo esto la lógica imponía evitarlas que es lo que precisamente hace Künig en todo su recorrido. Además lo hace de una manera imperativa, claro, escueto, para que no haya lugar a dudas. De este modo avisa de cómo evitar el monte del Manzanal (León):
Pero se quieres seguir mi consejo,
Has de coger por la derecha,
Entonces no te compre superar ningún monte,
Los dejas quedar todos a la mano izquierda.
Ten cuidado del Rabanal (de él Camino), tal es mi consejo…
De manera semejante indica la entrada en Galicia:
y por otro aún, ahora me tienes que entender bien:
Si no quieres coger el camino por el monte de la Faba
lo dejas quedar a la izquierda
y la altura del puente te desvías a la derecha
De todos los peregrinos es conocida la extrema dureza de la llamada Costa de la Faba que asciende hacia puerto de El Cebreiro desde Herrerías de Valcarce. Künig prefiere evitarla y elige un camino mas fácil por Pedrafita, As Nogais, Becerreá, Baralla, Corgo, Lugo y Melide, donde se vuelve a unir al Camino Francés. Este camino además contaba con una estructura y con una red asistencial a los peregrinos tan buena como el propio Camino Francés que prefiere evitar. No debemos de olvidar que el objetivo fundamental que se contempla en la peregrinación a Compostela es alcanzar la ansiada meta apostólica en las mejores condiciones físicas y espirituales y en el menor tiempo posible. En este sentido el trazado por Lugo aporta al peregrino todas estas ventajas ya que es mas fácil, permite visitar elementos religiosos de gran importancia –reliquias del monasterio de Penamaior y ciudad de Lugo- y solo supone 9 km mas que el trazado por el Camino Francés.
La ciudad de Lugo tuvo durante la Edad Media una enorme importancia como lugar de tránsito de peregrinos testimoniada por la presencia de siete hospitales. Los peregrinos que llegaban bien por el Camino Primitivo o por la Vía Künig se juntaban a la entrada de la ciudad, en la Puerta de San Pedro, y desde aquí hacían el mismo recorrido hasta Santiago. Pero además Lugo tenía, y tiene, un valor añadido de carácter religioso como lugar de atracción de peregrinos mas allá de su excelente posición geográfica: la exposición permanente del Santísimo Sacramento. Una exposición casi única en el mundo y que, según las últimas investigaciones, tuvo un importante auge en la segunda mitad del siglo XV.
La importancia de la zona de San Pedro, actualmente conocida cómo San Roque, como lugar de tránsito de peregrinos queda reflejado en la existencia de la capilla de San Pedro de Afora que ya estaba construida en la segunda mitad del siglo XII. Esta capilla ubicada en la actual zona de la Plaza de los Mártires de Carral “seguramente formaba parte de uno pequeño lugar de acogida de peregrinos cuando llegaban la ciudad y las puertas de la muralla estaban cerradas, ya que los hospitales o albergarías estaban en el interior…”

A Künig le agradó la ciudad de Lugo de una manera especial como él mismo reconoce en la guía:
La ciudad está construida de manera poca común,
cosa que todo el mundo ve con agrado.
El que cita expresamente es el balneario, que queda al lado del rio Miño y del Puente Viejo. No es la primera vez que presta atención a las aguas termales en su viaje, lo es que ciertamente lógico, ya que serían realmente reparadoras para su cansado cuerpo. Después de cruzar dicho puente continua camino hacia Melide, a la que define como “la ciudad destruida”, lo que realmente sería así, ya que fue arrasada durante las Guerras Irmandiñas, acontecidas veinte años antes de su peregrinaje.
Es muy curioso que a la ansiada meta, la ciudad de Santiago, tan solo les dedique unas pocas líneas. Está claro que para Künig lo importante era el propio Camino.