RUTA KÜNIG DE LAS TRES CATEDRALES
LEÓN - LUGO - SANTIAGO
Tramo 09
Las Herrerías - Pedrafita do Cebreiro
Vía Künig
Duración: 2 horas 00 mins
Descripción del tramo
Llegamos a Herrerías del Valcarce por el antiguo Camino Real de Carlos III de fines del siglo XVIII denominado «Camino Real de acceso a Galicia». Esta importante vía de comunicación fue reformada y adaptada a las crecientes necesidades del trafico en varias ocasiones. La mas importante fue el denominado popularmente como Plan Peña y oficialmente como Plan General de Obras Públicas de 1940, donde se procedió a su asfaltado, ampliación en ciertas curvas peligrosas, colocación de señalización que veremos restaurada en el tramo As Nogais – Becerreá y denominándola Nacional VI. Actualmente, se le conoce como «la vieja» para diferenciarla de «la nueva» que se refiere a la remodelación que sufrió en los años 80 del siglo XX con la ampliación de muchos tramos antiguos y construcción de diferente trazado en muchos puntos.
En Herrerías tenemos dos opciones para llegar a Pedrafita:
- Continuar por la Carretera Vieja. Tramo apto para caminar y único disponible para bicicleta.
- Camino de montaña original por el fue el propio Hermann Künig. No apto para bicicletas.
OPCIÓN 1 POR LA VIEJA CARRETERA. Continuamos por esta vieja carretera por la que circulamos desde hace varios kilómetros e iniciamos la subida al lugar de Pedrafita que dista 9 km. Es un ascenso cómodo que también utilizan habitualmente los peregrinos ciclistas que desean llegar al Puerto del Cebreiro por el Camino Francés ya que por la costa de la de Faba es mucho mas exigente. Esta ruta esta reconocida oficialmente como Camino de Peregrinación como rezan las señales que vamos a ir viendo. Otra ventaja de este itinerario es la casi total ausencia de vehículos de motor ya que circulan por la Autovía A6. No obstante, debemos de mantener la precaución en todo momento porque nos vamos a encontrar con el trafico local.
Cuando veamos el indicador del pueblo de Herrerías seguiremos recto a pesar de la señal que pone «prohibido ciclistas». No hacer caso a esta señal. Se os fijáis es móvil y está mal colocada. Aunque personas poco informadas os digan que esta cortada, esta ruta de la Vía Künig no esta cortada por las obras y por ella llegaremos rápidamente a Pedrafita do Cebreiro. Usa la carretera anterior a la N. VI, la vieja, y otros caminos de tierra. El trazado de la Vía Künig no es la Nacional.VI. Esta si que esta cortada. Si queremos ir a pie por el camino medieval de Künig, torceremos hacia Herrerías.
En toda esta ascensión nos va a acompañar a nuestra izquierda el Monte del Cebreiro de 1330 m. de altitud, pero nosotros, como nos dirigimos a la villa de Pedrafita, tan solo vamos a ascender hasta los 1098 m. Esta diferencia de altitud se nota y es la que nos hace la subida mucho mas llevadera.
El primer pueblo que nos encontramos a 2,37 km es Las Lamas. A nuestra izquierda dejamos, ligeramente separada, la aldea de Santo Tirso por la que discurre el tramo medieval de Künig de a pie.
Lamentablemente, la construcción de Nacional VI cortó en dos puntos el trazado de «la vieja». Ese es el motivo por el cual debemos hacer varios quiebros a partir de ahora y dejar momentáneamente el trazado de «la vieja».
A 6,6 km llegamos a El Castro, último pueblo de Castilla y León. En Galicia, es muy abundante el topónimo de Castro ya que hace referencia a la existencia en este lugar del típico poblado utilizado durante la Edad del Hierro y primeras centurias de la dominación romana. En el tramo Baralla – O Corgo, tendremos la oportunidad de visitar uno en excelente estado de conservación: O Castrillón. El paisaje de nuestra izquierda del Puerto do O Cebreiro cada vez es mas impresionante. Es fácilmente identificable por las altas antenas de comunicaciones que lo coronan.
Seguimos por «la Vieja» y a 1,6 km entramos en Galicia y poco después en la villa de Pedrafita do Cebreiro. Justo a la entrada, en la glorieta, nos recibe una estatua honorífica de Hermann Künig dando, como nosotros, el último paso en esta ascensión. Al lado, podemos contemplar la recreación de una palloza, típica construcción tradicional de esta zona.
OPCIÓN 2 POR EL CAMINO MEDIEVAL DE KÜNIG (Camino de Santo Tirso). Para coger adecuadamente el desvío del Camino Francés al inicio de la subida al Cebreiro basta seguir las indicaciones que dio Künig en su Guía, ya que, 529 años después de haberla escrito, siguen siendo tan válidas como el primer día. Esta característica no solo es aplicable para este tramo sino para todo su recorrido.
«Luego tienes cinco leguas hasta Villafranca del Bierzo,
allí ten mesura al beber vino,
porque a mas de uno le quema el corazón,
que se le apaga como una vela.
Luego debes pasar por un puente
y todavía sobre otro; ahora tienes que comprenderme bien:
si no quieres tomar el camino que pasa por la montaña de O Cebreiro,
entonces déjalo quedar a la izquierda
y junto al puente dirígete a la derecha».
Pues son exactamente dos los puentes (medievales) y justo en el segundo, pegado a el, cogemos el camino para Santo Tirso. Esta indicado con un perfil de Künig y una flecha plateada como se ve en la foto adjunta. Los primeros metros los recorreremos paralelos a un arrollo mientras escuchamos el suave murmullo de sus aguas. Suavemente vamos ascendiendo por un camino estrecho y terreno hacia el pueblo de Santo Tirso que apenas dista 1,6 km desde el puente. Mientras ascendemos podemos contemplar la belleza del paisaje de bosque autóctono flanqueado por abundantes cursos de agua, uno de ellos lo salvaremos por un antiguo puente de troncos de madera, como se aprecia en la foto.
En la primera casa de Santo Tirso cogemos a nuestra izquierda, dejamos la iglesia a la derecha y unos metros mas arriba cogemos a la derecha antes de una casa blanca. Poco después dejaremos a nuestra izquierda el horno y el lavadero para continuar por este precioso camino de media ladera. Descenderemos hasta otro riachuelo que cruzaremos por una vieja pontella de madera para después volver a ascender hasta llegar a la Nacional VI. Lamentablemente el Camino Medieval de Künig fue destruido en este punto por sucesivas carreteras que se hicieron desde el siglo XIX, por lo que alcanzaremos el lugar de El Castro utilizando la propia Nacional VI al principio y después la pista habilitada para el paso local cuando fue la construcción de la autovía. Esta pista nos permitirá pasar por debajo de la autovía y después de un leve repecho llegaremos a El Castro. Desde aquí hasta Pedrafita compartiremos trazado con la opción nº 1 y lo haremos por el Camino Real de Carlos III también llamado la antigua N. VI.
Qué ver en el tramo
LAS PALLOZAS
Si deseamos conocer cómo vivían en esta zona de las montañas gallegas hasta los años 60 del siglo XX, podemos desplazarnos hasta la hermosa aldea de O Cebreiro, que tan solo dista a 4,6 km.
Las pallozas hicieron acto de presencia como lugar de habitación tanto de hombres como de animales ya en los poblados castrexos hace dos mil años.
En cada palloza podían vivir hasta 9 o 10 personas junto al ganado, sobre todo vacas, cerdos y gallinas. Su aspecto tan característico no es al azar; la planta circular u ovalada, sin esquinas, facilita la distribución del calor, mientras que sus muros bajos y gruesos ayudan a mantener la temperatura, que suele rondar los 15º. Cuando estaban habitadas era común tener el fuego todo el día encendido. El techo de paja alto y espeso aguanta el peso de la nieve y el viento.
En la actualidad, de las cuatro pallozas tradicionales que podemos encontrar en O Cebreiro, una de ellas (la de Xan López) aloja el Museo Etnográfico, gestionado por la Xunta de Galicia, otras dos son visitables por dentro y la última de ellas es utilizada como almacén.
Curiosidades, gastronomía y otras historias....
QUESO DE PEDRAFITA DO CEBREIRO
El origen de estos quesos se atribuye a que lo trajeron de Francia los primeros monjes que se instalaron en estos lugares para atender a los peregrinos que iban hacia Santiago de Compostela. A lo largo de los siglos, los peregrinos degustaron el queso en las montañas del Cebreiro y lo dieron a conocer por toda España, Europa e incluso en otros continentes.
En la historia general del Reino de Galicia en 1750, escrita por P. Seguín se define al Queixo do Cebreiro como ‘de los mejores gustos y de los más delicados del mundo’. Y así debieron pensar en la Casa Real, según se desprende de la Orden de 1746, que disponía el envío semanal del Queixo do Cebreiro para su consumo en las Casas Reales.
El Rey Carlos III se lo regalaba a su hermana la Reina de Portugal, encargándose el cura de Vila Vella que velase por el cuidado en la fabricación de los quesos para que fuesen de gran calidad. Se le pagaban a dicho cura 6 libras de tabaco por este trabajo; 800 reales se le pagaban al arriero que transportaba la mercancía desde Santiago a Lisboa; 600 reales, al empleado de Rentas Provinciales de Galicia, siendo el precio de los quesos de 376 reales
Estos quesos, con su peculiar forma de hongo o gorro de cocinero, se elaboran a partir de leche natural y entera, procedente de ganado vacuno autóctono, concretamente de las razas Rubia Galega, Pardo-Alpina y Frisona.